INFORME REGIONAL

La Comisión Interamericana de DDHH llama a la sociedad civil a comprometerse en la lucha anticorrupción

El camino a seguir por parte de los Estados y la población | En su "Informe sobre Corrupción y Derechos Humanos", advierte sobre la importancia de exigir transformaciones para erradicar la corrupción. También resalta que es necesario trabajar en el fortalecimiento de las instituciones y en la aplicación de castigos adecuados. | 14/01/2020

En la edición pasada de Prevenciondelavado.com, comentamos sobre aquellas acciones realizadas por los gobiernos de la región que fueron destacadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su último "Informe sobre Corrupción y Derechos Humanos" (ver: Opinión y Noticias, La Comisión Interamericana de Derechos Humanos destacó el interés de la región en mejorar las políticas anticorrupción).

Pero no todo es color de rosa, y en las conclusiones del reporte mencionado el organismo reflejó que "la magnitud del fenómeno de corrupción estructural que vive la región y que tiene consecuencias negativas para el sistema democrático, el Estado de Derecho y los derechos humanos requiere esfuerzos proporcionales al problema".

Necesidad de involucramiento

Así, la CIDH señala que es necesario que la sociedad civil, los movimientos sociales y toda la población demanden y exijan transformaciones para erradicar la corrupción y un liderazgo político que impulse esos cambios. Y es que, según advierte la Comisión, "el fenómeno de la corrupción tiene un impacto diferenciado en el goce y ejercicio de derechos humanos", en particular respecto de distintos grupos que se encuentran en situación de vulnerabilidad o discriminación histórica.

El organismo señala en esta línea que "los Estados están obligados a adoptar todas las medidas necesarias para garantizar el pleno respeto y ejercicio de los derechos humanos" y que esas medidas deben ser integrales y coordinadas a desmantelar los factores sistémicos que fomentan, permiten y provocan la corrupción en la región, que son:

•  la debilidad institucional,
•  la concentración de poder,
•  la amplia discrecionalidad,
•  la ausencia de mecanismos de control efectivos,
•  el ambiente de impunidad,
•  la falta de adecuadas y oportunas reparaciones a la víctimas, y
•  la influencia de una extendida cultura de tolerancia hacia la corrupción.

Fortalecimiento institucional

Asimismo, la CIDH ha identificado como otro de los puntos esenciales de confluencia entre los derechos humanos y el fenómeno de la corrupción a la necesidad de avanzar en el fortalecimiento institucional del Estado de Derecho y la institucionalidad democrática.

En este sentido, aseguraron que "el fortalecimiento y la adopción de un marco institucional adecuado dirigido a combatir la corrupción debe investigar, juzgar y sancionar de manera efectiva a los perpetradores de delitos contra periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos y demás personas que denuncian actos de corrupción".

Necesidad de castigo adecuado

Finalmente, el informe sostiene que, cuando la corrupción adquiere connotaciones sistémicas, el Estado debe adoptar medidas inmediatas para hacer cesar con la situación irregular y dotar al servicio de los recursos para cumplir sus fines. En este punto, la CIDH advierte que la falta de sanción efectiva genera un ambiente de impunidad que fomenta corrupción, por lo cual halla necesario que los Estados realicen una respuesta adecuada. "Por ello, combatir la impunidad también implica garantizar que estos actos de corrupción, que tienen un grave impacto para el goce y ejercicio de los derechos humanos, no vuelvan a suceder en el futuro", asegura el trabajo. Así, la Comisión entiende que las medidas de reparación son un elemento central en políticas públicas de lucha contra la corrupción con perspectiva de derechos humanos.

María del Pilar Wolffelt

"Opinión y Noticias"