INTERNACIONAL
Combate del blanqueo de capitales, la financiación del terrorismo y la financiación de la proliferación: medidas de Bélgica
Informe | El sistema belga se ajusta en gran medida a las Recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional. | Redacción "Prevenciondelavado.com"
La evaluación mutua realizada por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) analizó la eficacia del sistema de Bélgica para prevenir y combatir el lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y de la proliferación (ALD/CFT/CPF), así como su grado de cumplimiento con las Recomendaciones del organismo, en el marco de una visita in situ efectuada entre enero y febrero de 2025.
En términos generales, el informe concluye que el marco legal y regulatorio belga se encuentra ampliamente alineado a nivel técnico con los estándares del GAFI, como resultado de las reformas adoptadas desde la evaluación de 2015. No obstante, persisten debilidades relevantes en la eficacia práctica del sistema, especialmente en áreas de alto riesgo como los activos virtuales, donde aún se requieren mejoras sustanciales.
Entre los principales hallazgos, se destaca que Bélgica posee una comprensión razonablemente adecuada de sus riesgos de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, apoyada en evaluaciones nacionales periódicas. Sin embargo, esta comprensión es menos sólida en relación con los activos virtuales. Los riesgos más significativos identificados incluyen el tráfico de drogas, el uso intensivo de efectivo, los lavadores de dinero profesionales y las redes de crimen organizado, en un contexto de alta interconexión entre delitos y con vínculos crecientes con el financiamiento del terrorismo, particularmente a través de esquemas de microfinanciación y nuevos medios de pago.
El informe subraya como un problema estructural la falta persistente de recursos humanos, financieros y tecnológicos destinados a la lucha contra el lavado de dinero, lo que limita la capacidad de investigación y persecución penal. Si bien la cooperación institucional en materia de lavado es en general eficaz, la coordinación específica en financiamiento del terrorismo requiere fortalecerse mediante una integración más estrecha de los equipos especializados.
En materia de cooperación internacional, Bélgica utiliza de manera frecuente mecanismos informales y colabora activamente con otros países, aunque la ausencia de estadísticas completas sobre asistencia judicial recíproca impide demostrar que la cooperación formal se aplique de forma sistemática en todo el territorio.
Respecto de la supervisión y las medidas preventivas, las autoridades financieras controlan adecuadamente el acceso al mercado, pero la detección de operaciones ilícitas sigue siendo limitada, en particular en sectores como hawala y activos virtuales, que actualmente carecen de una autoridad claramente designada para su licenciamiento y supervisión. Además, el uso escaso de sanciones administrativas y la baja publicidad de las decisiones reducen el efecto disuasorio del sistema, mientras que la supervisión en sectores no financieros resulta fragmentada y con recursos insuficientes.
En cuanto a transparencia y beneficiarios finales, la creación del registro de beneficiarios reales es valorada como un avance significativo, aunque se señala la necesidad de reforzar los mecanismos de verificación para asegurar la calidad y actualización de la información. La Unidad de Inteligencia Financiera belga (CTIF) cumple un rol central y efectivo en la generación de inteligencia financiera, pero enfrenta limitaciones tecnológicas que afectan su desempeño y el aprovechamiento de la información por parte de otras autoridades.
Finalmente, el informe observa que las investigaciones por lavado de dinero tienden a concentrarse en casos más simples y con activos fácilmente disponibles, debido a restricciones de recursos, y que los resultados en materia de decomiso no reflejan plenamente el perfil de riesgo del país. En relación con el financiamiento del terrorismo y de la proliferación, Bélgica ha reforzado su respuesta tras los atentados de 2015 y 2016, aunque se recomienda integrar formalmente estos riesgos en la estrategia antiterrorista y profundizar el análisis sobre la financiación de la proliferación.
Como resultado de la evaluación, Bélgica recibió una hoja de ruta de acciones prioritarias a implementar en un plazo de tres años y quedó sujeta a seguimiento reforzado, debiendo informar periódicamente al GAFI sobre los avances logrados.
Redacción "Prevenciondelavado.com"
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