TRABAJO CONJUNTO
Acción colectiva contra la corrupción
Instituto de Gobernanza de Basilea | "La Acción Colectiva está hoy firmemente establecida como parte del panorama anticorrupción", pero, ¿qué dificultades se presentan? | Redacción "Prevenciondelavado.com"
Como parte de los esfuerzos que el Instituto de Basilea viene realizando desde hace décadas para impulsar la Acción Colectiva anticorrupción, ideó un proyecto plurianual. El proyecto, financiado por la Iniciativa de Integridad de Siemens, se propuso fortalecer la base empírica para la Acción Colectiva.
Contexto
En todo el mundo, las empresas, la sociedad civil y los gobiernos están trabajando juntos en iniciativas para abordar los riesgos de corrupción que ningún actor puede resolver por sí solo.
Se podrían implementar iniciativas para reducir las exigencias de sobornos en los puertos, por ejemplo, armonizar los marcos de cumplimiento normativo en la industria de la tecnología metalúrgica, o ayudar a las pequeñas empresas tailandesas a mejorar sus credenciales anticorrupción y, por consiguiente, sus perspectivas de negocio. Hemos registrado más de 300 iniciativas de este tipo en la base de datos de nuestro Centro de Acción Colectiva B20 de todo el mundo y en múltiples sectores.
El rol de la Acción Colectiva
De modo que está claro que la Acción Colectiva –como término general para estas diversas iniciativas de múltiples partes interesadas– está hoy firmemente establecida como parte del panorama anticorrupción.
Sin embargo, esta misma diversidad plantea un desafío. Las iniciativas adoptan diversas formas, persiguen objetivos diferentes y operan en entornos políticos e institucionales muy diversos. Esto dificulta establecer comparaciones significativas o comprender, de forma sistemática, qué funciona mejor en cada circunstancia.
El Instituto se planteó: ¿cómo podemos describir y analizar la Acción Colectiva de una manera que respete su diversidad pero que al mismo tiempo permita la consistencia y la comparabilidad?
Las respuestas son importantes para quienes se preocupan por combatir eficazmente la corrupción y crear entornos empresariales más justos, transparentes y competitivos.
A continuación, se detalla un resumen de los aspectos mas relevantes del tema, proporcionados por el Instituto:
El desafío de "cortar el pastel"
Desarrollar un marco conceptual no fue nada sencillo. La acción colectiva puede "cortarse" de muchas maneras.
Cada lente tiene valor, pero ninguno por sí solo capta la imagen completa. Nuestra tarea fue entrelazar estas perspectivas en un marco que pudiera adaptarse a la complejidad sin perder claridad.
Nos basamos en modelos de cambio sistémico, toma de decisiones organizacionales, formación de redes y vías de impacto. En conjunto, estos modelos ofrecieron una visión dinámica de cómo surgen las iniciativas, por qué las organizaciones deciden unirse, cómo se construyen y gestionan las redes, y cómo sus acciones podrían contribuir a un cambio más amplio.
El marco que desarrollamos no pretende ofrecer respuestas definitivas. Más bien, crea un lenguaje común y un conjunto de preguntas orientadoras .
Permite a los profesionales, formuladores de políticas e investigadores explorar iniciativas de manera estructurada, probar supuestos, comparar entre contextos y generar conocimiento de forma acumulativa en lugar de hacerlo en estudios de casos aislados.
Del marco a la evidencia
Para comprobar si el marco podía funcionar en la práctica, recurrimos al Centro de Acción Colectiva del B20 , el mayor repositorio mundial de iniciativas de acción colectiva anticorrupción. El Instituto de Basilea lanzó el Centro en 2013, siguiendo el mandato del grupo de líderes empresariales del B20, y lo ha desarrollado y mejorado durante los últimos 12 años.
Revisamos y reclasificamos cuidadosamente las iniciativas en la base de datos, creando nuevas categorías de misión, alcance, actividades y composición de las partes interesadas. El resultado no solo fue un conjunto de datos más limpio, sino también una base más sólida para el análisis.
Este proceso reveló patrones importantes. La mayoría de las iniciativas siguen centrándose en fomentar la participación de las partes interesadas mediante la sensibilización, el diálogo y herramientas prácticas . Estas actividades suelen ser puntos de entrada vitales cuando la confianza es baja o la aplicación de la ley es deficiente.
Este énfasis en la prevención (abordar las causas profundas en lugar de depender únicamente de la detección y el castigo) es también donde estas iniciativas hacen su mayor contribución: creando capacidad, dotando a las empresas de herramientas y fomentando una cooperación basada en la confianza que reduzca las oportunidades de corrupción.
Las actividades más formales y posiblemente más ambiciosas, como el desarrollo de normas de autorregulación o la búsqueda de monitoreo externo para certificaciones, por ejemplo, son más raras, pero pueden desarrollarse con el tiempo a medida que las relaciones y las capacidades maduren.
El contexto también influye en el funcionamiento y los logros de las iniciativas de Acción Colectiva. Nuestro análisis confirmó que las reformas más amplias, como las normas de transparencia o los cambios legales, tienen mayor probabilidad de consolidarse en entornos democráticos abiertos con un Estado de derecho sólido . En entornos más restrictivos, iniciativas más específicas, a nivel de empresa, como el fortalecimiento de los sistemas internos de cumplimiento normativo, pueden ser un punto de partida realista.
Fortalecimiento de la base de evidencia
Además de comprender el panorama actual de la Acción Colectiva anticorrupción, el proyecto también ha generado herramientas prácticas para fortalecer la base empírica para el futuro. Hemos:
En conjunto, estos resultados ofrecen una base conceptual y un conjunto de herramientas prácticas. Ofrecen maneras de vincular el diseño y las actividades de las iniciativas de Acción Colectiva con resultados plausibles y de situar dichos resultados en entornos de gobernanza más amplios.
Lecciones clave para profesionales, formuladores de políticas e investigadores
Para los profesionales, la lección principal es diseñar teniendo en cuenta el contexto . Lo que funciona en un entorno puede no ser viable en otro. En entornos con un estado de derecho más débil o un espacio cívico restringido, las iniciativas modestas centradas en las empresas aún pueden sentar bases importantes.
En entornos más abiertos, pueden resultar realistas y valiosas colaboraciones más amplias que apunten a reformas sistémicas.
Para los responsables políticos, el mensaje es considerar la Acción Colectiva como un complemento a las instituciones y esfuerzos anticorrupción formales, no como un sustituto. Al fomentar el diálogo, desarrollar herramientas prácticas y elevar los estándares de integridad, estas iniciativas pueden reforzar las iniciativas de prevención y acortar la distancia entre los compromisos políticos y su implementación práctica.
Por eso es importante que los gobiernos apoyen la Acción Colectiva con reconocimiento y recursos.
Para los investigadores, la clave reside en la importancia de construir la base de evidencia sistemáticamente. Nuestro marco, conjunto de datos optimizado y protocolo de informes están diseñados para permitir una comparación más consistente y una comprobación más robusta de los supuestos. Los estudios longitudinales y de caso, en particular, serán esenciales para comprender cómo evolucionan las iniciativas y dónde generan el mayor impacto.
Este tipo de investigación será de gran valor práctico tanto para los profesionales como para los encargados de formular políticas que buscan aprovechar el poder de la Acción Colectiva para lograr objetivos de lucha contra la corrupción o de desarrollo económico.
Mirando hacia el futuro
La fortaleza de la Acción Colectiva reside en su adaptabilidad: la capacidad de diversos actores para unirse, a menudo en circunstancias difíciles, para encontrar soluciones prácticas a los desafíos de la corrupción y la equidad empresarial. Pero la adaptabilidad debe ir acompañada de claridad para que este campo se fortalezca.
Al ofrecer un marco común, un conjunto de datos refinado y herramientas prácticas para la elaboración de informes y la reflexión, este proyecto contribuye a generar esa claridad. No cierra el debate, sino que lo amplía, invitando a profesionales, investigadores y responsables políticos a interactuar con una base de evidencia más coherente y a contribuir a su perfeccionamiento.
El mensaje es claro: para fortalecer la Acción Colectiva como parte eficaz de las herramientas anticorrupción, necesitamos aprender de ella sistemáticamente e incorporar esos aprendizajes en las políticas y la práctica . Este documento representa un paso importante en esa dirección.
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Redacción "Prevenciondelavado.com"
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