ENTREVISTA A UN EXPERTO

¿Qué es la percepción de la corrupción y cómo usar ese índice para hacer negocios?

Mariano Corbino, especialista en Prevención de Lavado de Activos de la UCES | El experto desmenuzó los datos que publica Transparencia Internacional en pos de darles un sentido práctico y comprender su verdadero significado. Asimismo, habló del caso particular de Argentina y la región. | Redacción "Prevenciondelavado.com"

Recientemente, Transparencia Internacional presentó su edición anual del Índice de Percepción de la Corrupción y, entre otros puntos, reflejó que la mayoría de los países evaluados no ha registrado ningún avance en la lucha contra este flagelo en casi una década.  Muchos medios levantaron la noticia de la publicación de este trabajo, pero los títulos reflejaron, en algunos casos, un alto nivel de desconocimiento en la materia, un hecho que trae confusión. Por eso, Mariano Corbino, licenciado y magister en Relaciones Internacionales y director de la diplomatura en Prevención de Lavado de Activos, Cibercrimen y Prevención del Terrorismo de la UCES dialogó con Prevenciondelavado.com para explicar qué es lo que realmente mide ese estudio y para qué sirve.

"Dentro de la corrupción se encuentran delitos como  el soborno –que además incluye el cohecho- y la extorción. Casi todas las legislaciones nacionales se enfocan en el cohecho, que es el pago de coimas a los funcionarios públicos y la Organización de Naciones Unidas (ONU -Existe la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción que tiene como finalidad la prevención y el combate contra la corrupción política [2003 AGNU-Res58/4])  hace tiempo que publica normativas que buscan combatir este delito", explica Corbino, quien es también director de la consultora Mente Inter-Nazionale.

El experto señala que los índices de Transparencia Internacional se centran en el sector público de 180 países, no participa el sector privado y miden el soborno en la contratación pública, la malversación de fondos públicos y la eficacia de los esfuerzos anticorrupción de los gobiernos. Lo que se hace es establecer una escala que va de 0 a 100.

"Este año, en América Latina y el Caribe, Uruguay ha sido el país percibido como el menos corrupto con 71 puntos, en contraposición con Venezuela, que sólo obtuvo 15 puntos y quedó último en la zona", detalla.

En la edición de este año, con datos de 2020, se reflejó que más de dos tercios de los países del mundo son corruptos, ya que puntúan por debajo de 50 y ha marcado que la pandemia aumentó la percepción de la corrupción.

"Lo que refleja el estudio es una fuerte falta de inversión en la salud. No nos olvidemos que seguimos transitando la pandemia y esta situación nos ha mostrado la falta de atención en salud.  La corrupción socava la respuesta sanitaria global a la COVID-19 y nos pone un ejemplo claro de que la corrupción termina matando. Cuando no hay camas para la gente, la gente se muere, cuando no hay remedios, también y, cuando no hay comida, sucede igual", resalta Corbino.

Así, el experto sostiene que es esencial generar conciencia de que la corrupción acaba con la vida de un montón de personas. Ese es uno de los fines de este estudio de Transparencia Internacional, sin dudas. Pero Corbino asegura que estos datos también son de mucha utilidad si una empresa tiene que hacer negocios con otro país.

"El índice le puede dar a la empresa que busca una nueva plaza donde hacer negocios una perspectiva del nivel de corrupción que maneja esa sociedad en la que quiere desarrollarse o con la que busca trazar un lazo comercial. Por ejemplo, si se busca hacer negocios con el país con mejor nivel en materia de corrupción, hay que pensar en Dinamarca, que es el que mejor rankea desde siempre", ejemplifica.

Así, sostiene que este índice es de mucha utilidad para cuando uno tiene que saber cómo es el clima de negocios en otro país y, por eso, el Programa Ejecutivo en Relaciones y Negocios Internacionales que dirige Corbino en la UCES y que comienza el 10 de marzo aborda el análisis de estas temáticas como parte de la currícula. 

En ese sentido, podemos preguntarnos ¿cómo evaluar los datos y la posición de Argentina, por ejemplo? La realidad es que nuestro país se mantiene entre los 35 y 45 puntos desde que comenzó a realizarse este índice. Su mejor performance la tuvo en 2019, evidentemente por los esfuerzos que se fueron haciendo en materia de transparencia. Este año, caímos a 40 puntos.

Pero, ¿qué significan estos datos? El entrevistado señala que "siempre estuvimos dentro de los dos tercios de países con alta percepción de corrupción". En  realidad, desde el nivel habitual, solo perdimos 3 puntos en 2021, pero subimos 12 posiciones y eso es de lo que todo el mundo habla y los medios recogieron, pero no parece ser una gran novedad para el experto.

Él sostiene que "un tema central en Argentina es la alta carga tributaria, que alienta la corrupción en todos los niveles de la sociedad". Y es que, según su opinión, los problemas de recaudación son motivo de muchos de los problemas de los estados. Cuando no hay suficiente nivel de cumplimiento tributario, la corrupción toma mayor vigor.

Asimismo, resalta que Argentina comparte el lugar con Barheim, China y Kuwait, que vienen subiendo en el índice. Chile, está en el puesto 25, con 67 puntos. Pero advierte que los números por sí solos no significan nada. "Hay que ver realmente dentro de qué contexto se mide y qué es lo que ve un empresario como corrupción. Las sociedades tienen parámetros propios de aceptación también", aclara.

Por ejemplo, Corbino explica que el sistema de salud argentino, comparado con Uruguay y Chile, está mucho mejor posicionado y, si bien, asegura que eso no justifica bajo ningún aspecto la corrupción, ni mucho menos, puede ser un reflejo de una sociedad más justa en algunos aspectos. Entonces, "tiene que ver con esto de cómo la sociedad percibe la corrupción".

Es clave, para el experto tener referencia mundial de los índices de percepción de la corrupción a la hora de pensar en qué países hacer negocios, pero también pensar los números en términos de realidad y comprender que unos puestos de diferencia no hacen un gran cambios, sino que el objetivo debería ser encarar programas realmente efectivos de lucha contra este delito para generar cambios radicales en los funcionamientos de los estados.

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