Legislación y Noticias Argentina, 24 de abril de 2024
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El ex dueño de Sheik comenzó a cumplir condena

10/07/2018 | Es el prostíbulo de Ushuaia que funcionó hasta 2012, donde se comprobó que existía trata de personas. Pedro Montoya fue condenado en 2016 a 7 años de cárcel. El fallo quedó firme y recién ahora quedó detenido. Se trata de la causa donde fue querellante Alika Kinan, la primera mujer víctima de trata en convertirse en querellante contra sus captores. | El Diario del Fin del Mundo, ARGENTINA


El propietario del prostíbulo "Sheik", condenado a siete años de cárcel en 2016 por trata de personas, en la causa donde fue querellante la activista Alika Kinán, fue detenido en las últimas horas y comenzó a cumplir la pena de cárcel luego de que el fallo en su contra quedó firme tras pasar por todas las instancias de apelación.

Pedro Eduardo Montoya, sentenciado por el delito de "trata de personas agravado por la pluralidad de víctimas", protagonizó el primer caso de este tipo en el país donde una de las víctimas se convirtió en querellante.

Tras la condena de 2016, la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó el fallo en abril de este año, y le impuso a los condenados y a la Municipalidad, el pago de $780 mil de indemnización.

En el caso también se condenó como "partícipes secundarios" del mismo ilícito a Claudia García, pareja de Montoya, y a la ciudadana peruana Lucy Alberca Campos, que oficiaba como encargada del prostíbulo, y les impuso una pena de tres años de prisión en suspenso, más $30 mil de multa en el caso de García.

Los magistrados dispusieron el decomiso del dinero secuestrado durante los operativos judiciales y del inmueble donde funcionaba el prostíbulo.

La Justicia dio por demostrado que las víctimas de trata rescatadas en 2012 vivían en instalaciones del local Sheik en condiciones "sumamente precarias" en "pequeños cuartos, con humedad, olor a gas, presencia de roedores y suciedad".

También se fundamentó que las mujeres "hacían pases (relaciones sexuales) en las piezas donde vivían", cobrando, por ejemplo, "la media hora $700 y la hora $1.000", aunque "de la media hora se quedaban con $120 y de la hora con $150".

Los jueces hicieron referencia al empleo de "multas", a la utilización de "timbres" para avisar que "se terminaban los turnos" y hasta citó lo dicho por las víctimas de que "cuando menstruaban se ponían una esponja en la vagina", para no dejar de hacer pases, y muchas veces eran golpeadas por los clientes.

 

FUENTE: El Diario del Fin del Mundo, ARGENTINA